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Desafíos de la nueva política internacional

bushNo resulta fácil enfrentarse a la herencia de George W. Bush y a toda una época de excesos políticos, económicos y militares derivados de una concepción triunfalista y eufórica de la caída del enemigo ideológico y después de cincuenta años de enfrentamientos en todas las áreas de la política económica, social, e internacional.

Afirmar que la herencia recibida no ha sido otra que un mundo en crisis no es una novedad, es una constatación. Una crisis política y económica global que pasará a la historia como la “locura de unos pocos” y la complicidad de muchos. Un desequilibrio que tiene su origen con la desaparición del mundo bipolar, y su fin, en el triunfo de un exceso sobre otro. Frente al desvanecimiento del socialismo real a finales de los años ochenta se alzó la fe ciega en un capitalismo reaccionario, insolidario y fundamentalista, que bajo las señas de un neoliberalismo político, económico y social, generó el espejismo de un crecimiento y bienestar económico perpetuo y el fin de las ideologías que no fueran otras que las del utilitarismo egoísta del Siglo XVII.

El fracaso del mundo comunista aupó al neoliberalismo democrático, pero las preguntas a las que la izquierda pretendía dar respuesta siguieron planteadas. El liberalismo invadió todo el campo ideológico y monopolizó el llamado “pensamiento único” en el que las ideologías ya no eran necesarias y eran sustituidas por el pragmatismo económico y el ejercicio unilateral del poder. Mientras el corto plazo sustituyó al largo plazo, el egoísmo, la codicia y la especulación suplantaron los valores tradicionales en los que se fundamentaba la ética calvinista del capitalismo: el trabajo bien hecho, el esfuerzo y el sacrificio del ahorro y su recompensa. obama_1201801546

Vigilante del nuevo paradigma, el poder militar hegemónico impuso sus nuevos valores ideológicos y desarrolló una política exterior dirigida por los criterios de unilateralismo y desprecio al Derecho Internacional, en la que la imposición se impuso a la negociación y la confrontación al acuerdo. Pero la historia ha demostrado que el mundo no es unidireccional y que los ajustes uniformizadores siempre terminan fracasando puesto que todo cambio en un polo genera una reacción y reajuste en el otro. El olvido de este sencillo principio ha sido el origen y, al mismo tiempo, la causa de esta crisis.

La elección de Obama -negro, demócrata y multiculturalista- como el sustituto del último representante del pensamiento dominante simbolizado por Bush, un wasp (white anglo saxon protestant), -blanco, conservador y uniformista–unido a los excesos desastrosos del capitalismo neoliberal en un mercado globalizado mundial regido por la ley de los fuertes que ha generado un crecimiento económico depredador, especulativo y virtual, sustentado sobre el engaño, la mentira y la pasión ciega por la riqueza a cualquier precio, abre expectativas de cambios futuros.
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«El 7 de junio nos jugamos el futuro. La Unión Europea es nuestro entorno económico y político natural»

 

María Muñiz

María Muñiz

 

Entrevista a María Muñiz, Candidata al Parlamento Europeo 

María es además de europeísta, una candidata con un profundo conocimiento de las instituciones europeas y de las relaciones internacionales. Es doctora en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis sobre la cooperación al desarrollo con América Latina en la política exterior de la España democrática, y diplomada en Comunidades Europeas por la Escuela Diplomática, lleva trabajando desde hace 14  años en distintas instancias del Parlamento Europeo, lo que le ha aportado una visión global de la institución.

Asimismo, desde su llegada a Bruselas, su actividad política ha sido intensa, ya que desempeñó la tarea de Secretaria de Organización de la Federación de Europa del PSOE y fue candidata en la lista del alcalde socialista Freddy Thielemans al ayuntamiento de  en representación de los españoles en Bruselas en el año 2006.

«Europa es una construcción dinámica al servicio de las personas»

Percibe la política como un instrumento para mejorar el marco social en el que nos desenvolvemos como ciudadanos, y con respecto a Europa, tiene la seguridad de que «una vez conseguida la unión económica y monetaria, tenemos que seguir avanzando en la Europa política y sobre todo en la Europa social. Europa es una construcción dinámica al servicio de las personas«. Según María, «hemos pasado de lo que se llamó La Europa de los mercaderes en los tiempos en los que se trataba básicamente de construir un mercado único, en los que los ciudadanos sólo se contemplaban en los tratados como trabajadores, en tanto que agentes del mercado interior, a la Europa de los ciudadanos en la que las políticas europeas se dirigen a todos, el ejemplo más visible es el de los estudiantes con el programa el ERASMUS  y el proyecto de Bolonia».

Al mismo tiempo, en su empeño por defender la Europa social, apuesta por un nuevo modelo de crecimiento, asegurando que el objetivo del PSOE es «contribuir desde el Parlamento Europeo a la refundación del sistema financiero internacional  con una regulación que alcance a todos los actores del mercado y sus distintas actividades, apoyaremos el fin de los paraísos fiscales, trataremos de impedir los blindajes en las empresas con capital público, y combatir el modelo conservador que nos ha llevado a la crisis, basado en el predominio de los mercados financieros sin control,  una jornada laboral de 65 horas, el despido barato y en la disminución de la inversión pública y del gasto social». Frente a aquellos que preconizan la liberalización masiva, María insiste en defender lo público puesto que «es precisamente lo único que puede proteger a los trabajadores de un sistema que, sin control político, es predatorio.»

Entrando en el debate sobre la Europa Social Ciudadana, María destaca la proximidad del PSOE a la ciudadanía «por principio, pero también en la práctica, ya que nuestros programas electorales se elaboran con aportaciones de los colectivos sociales. Es por ello que estamos en la red -en referencia a la red activistas del PES-, no porque está de moda o coyunturalmente en periodo electoral, sino en permanencia.

Asimismo estamos en contacto con sindicatos, ONG y asociaciones y colectivos ciudadanos; también tomamos el pulso a la ciudadanía europea desde nuestra pertenencia al Grupo Socialista Europeo, donde todos somos miembros del Partido de los Socialistas Europeos y de la Internacional Socialista; a diferencia del batiburrillo de conveniencia del PPE donde comparten espacio euroescépticos británicos, populistas berlusconianos, democristianos tradicionales….» Asimismo, mientras defiende la proximidad ciudadana del PSOE no puede evitar hablar de Mayor Oreja, «quien ha dicho que el franquismo fue un periodo enormemente placentero, que representa a la vertiente más conservadora de su partido, que en el Parlamento Europeo sólo ha hablado de terrorismo e inmigración  normalmente para criticar las políticas del gobierno de España y de quien no creo que tenga un oído ni una oreja para escuchar a los jóvenes, a los emprendedores, a las mujeres, a los trabajadores en dificultades o a los creadores.»

María es consciente de la importancia de Europa en la vida diaria de los ciudadanos, ya que, como ella misma afirma, «la Unión Europea es nuestro entorno económico y político natural: el 75% de nuestras exportaciones se dirige a la UE, el 65% de nuestras importaciones procede de la UE; el 90% de la inversión extranjera en España es europeo, y políticamente, en la  UE se decide hasta el 70% de las normas que se nos aplican a los ciudadanos todos los días».

Su seguridad y europeismo le hacen defender la importancia de un debate europeo y no de una campaña en clave de política nacional. María afirma que sale a hacer campaña hablando de Europa, al contrario que la derecha, que intenta hurtar el verdadero debate «porque no tienen un proyecto para Europa más allá de la crítica cerril y machacona a la política del gobierno de España». Cree que hablar de la situación nacional no perjudicaría al PSOE, puesto que «el balance y la trayectoria del Gobierno son buenos, pero por respeto a la ciudadanía debemos, ahora, presentar y dar a elegir libremente entre los distintos modelos que tenemos para la UE».

«las soluciones socialistas se basan en dotar de una dirección política a la actividad económica»

Dentro de su exposición europeísta, no duda en entrar de lleno en el debate sobre la crisis económica, financiera y laboral internacional, haciendo una clara defensa del modelo social europeo para así «defender de la crisis a los más vulnerables con políticas de gasto público tanto orientado a la inversión para contribuir a aliviar el desempleo, como para dar cobertura social a los desempleados y a los colectivos que se encuentran más desasistidos: las mujeres trabajadoras, los jóvenes con empleos precarios, los emprendedores sin ayudas, así como los estudiantes, que necesitan becas dignas.» La candidata afirma que «las soluciones socialistas se basan en dotar de una dirección política a la actividad económica, de regular políticamente el mercado que, como se ha demostrado, no se autorregula, para lo que proponemos, en primer lugar, un gran pacto para superar la crisis e impulsar un nuevo modelo de crecimiento altamente productivo que apueste por sectores innovadores, medioambientalmente sostenible, que genere empleo de calidad y protección social en el mayor respeto a los derechos sociales y sindicales.»

Es la numero diecinueve en la lista del PSOE, su espejo en la lista popular es José Ignacio Salafranca, según ella, es «un diputado experimentado, con una trayectoria seria, sobre todo en los temas relacionados con América Latina. Su problema es el proyecto que tiene que defender, puesto que las posiciones del PP(E) son difícilmente sostenibles en muchos terrenos y debilitan la credibilidad de quienes las defienden». Por ejemplo, se asombra de que, Salafranca, portavoz del PPE en la Comisión de Asuntos Exteriores, haya ridiculizado, -siguiendo consignas del PP- la Alianza de Civilizaciones, que es una estrategia de diálogo adoptada por Naciones Unidas, de que votase contra el informe del Parlamento Europeo que condenaba los vuelos de la CIA a prisiones ilegales, o que se haya opuesto en informes sobre derechos humanos, a los derechos de las mujeres de los países en desarrollo a la salud reproductiva, que están incluidos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

«Aguilar: es intelectual y políticamente brillante»

Al hablar sobre las listas, no deja de lado Juan Fernando López Aguilar de quien resalta la brillantez como rasgo particular: «es intelectual y políticamente brillante. Sólo hay que escuchar alguno de sus discursos, que son de una coherencia implacable y de una intensa complejidad interna que él hace comprensible con un lenguaje riquísimo. Son brillantes su trayectoria política y su trayectoria académica, y además de eso, Juan Fernando tiene una sensibilidad artística como caricaturista y gran aficionado a la música, lo que hace aún más atractiva su personalidad.»

María se muestra segura de sí misma y con ganas de afrontar las elecciones europeas. Su capacidad de trabajo así como su autoexigencia la hacen no parar ni un segundo en la lucha por sus ideas, principios y valores, en la que seguramente hará frente, tras el siete de junio con dignidad y verdad, utilizando la única arma verdaderamente humana: la naturalidad.

Alejandro Jiménez García

 

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El País Vasco se sigue debatiendo

El árbol de Guernica

El árbol de Guernica

Las últimas elecciones en el País Vasco y el resultado político salido de ellas ha sido histórico. Por primera vez en la democracia, un candidato no nacionalista, un socialista, Patxi López, se convierte en Lehendakari y lo ha conseguido con el apoyo de los populares y de UPyD (39 votos en total).  Así, el PNV de Ibarretxe se  quedó con tan sólo 35 votos (30 del PNV, 4 de Aralar y 1 de EA) insuficientes para liderar un Gobierno.

 

 

Desde los inicios de nuestra democracia hace ya 3 décadas, el País Vasco junto con  Cataluña se han diferenciado del resto del territorio español por haber guardado cierta continuidad con las elecciones del 36. El PNV  y Esquerra Republicana son los únicos partidos políticos que se presentaron a los comicios del 36 y que consiguen mantenerse en la España democrática post-franquista con una representación considerable. La fragmentación partidista que existía en la España republicana y que tuvo como consecuencia unos Gobiernos débiles y unas Cámaras difíciles de gestionar cambia completamente en el 77 gracias a la Ley electoral. Muchos partidos políticos terminan por desparecer y ciertas corrientes políticas terminan no encontrando su público entre una generación que en el 77 tan sólo un 10% había votado en las elecciones del 36; dicho de otra manera, 9 de cada 10 españoles votaban por vez primera  en el 77.

Los partidos nacionalistas vascos beben de las mismas fuentes y se originan con las corrientes políticas románticas del siglo XIX. La concepción identitaria basada en la etnicidad, la raza, una visión maniquea de la historia hace parte de la construcción de esta búsqueda de la identidad del pueblo vasco.

A diferencia de lo que ocurre en otras regiones, el electorado y los partidos políticos del País Vasco se generan en torno al clivage clásico de derecha izquierda pero a su vez estas opciones políticas se ven enfrentadas por los clivages de catolicismo/laicismo, centro/periferia, nacionalismo vasco/nacionalismo español. Los diferentes Gobiernos tanto centrales como del País Vasco han hecho que estas diferencias se radicalicen en vez de suavizarse y el trasfondo identitario, algo que en otras comunidades ha pasado a asumirse de una manera natural, en el País Vasco ha seguido siendo una prioridad política. De ahí que en el discurso de investidura de Patxi López tuviera que subrayar que él es vasco.

Pero estas elecciones quizás ponen de manifiesto el retroceso del voto nacionalista y sin querer hacer una lectura del mapa nacional, no puede dejar de mencionarse que las comunidades históricas del País Vasco y Cataluña están gobernadas por primera vez en la historia por socialistas, algo que no ocurría ni durante la II República. Así que estas comunidades que habían mantenido cierta continuidad con los partidos prefanquistas, ahora, por primera vez en la historia, se encuentran gobernadas por partidos pseudo-nacionales (digo pseudo-nacionales porque el PSC o el PSE-EE son partidos que han asumido la diferencia identitaria de estas comunidades con un gran grado de independencia).

¿Qué lectura se puede hacer de esto? Muchas son las críticas que han caído sobre el PSOE por pactar con el PP para sacar un Gobierno adelante aun siendo el PNV el partido más votado. Pero, ¿se debe hacer una lectura de política nacional y aplicarla al País Vasco? Por un lado, en este territorio, durante los últimos 30 años se han visto pactos de todos los colores, algo que sería impensable en cualquier otra parte de España. Igualmente, el tema identitario parece que es algo mucho más importante que la diferencia derecha/izquierda.

Quizás el resultado de estas elecciones ¿podría plantearse no como la pérdida de poder del PNV sino como una evolución de la sociedad vasca? En el sentido en que desde el nacimiento de los partidos nacionalistas la idea de autodeterminación/mayor autogobierno (las dos corrientes en el seno del PV) a día de hoy estas ideas han sido asumidas por todas las fuerzas políticas. La idea de la autodeterminación es algo más minoritario y cuando Ibarretxe lo planteó con su plan Ibarrexe se resolvió como un fracaso monumental. El programa de estas elecciones aparecía  pero en un muy segundo plano.

Si todos los partidos políticos asumen esta autonomía; si la demanda de más autogobierno se acepta como algo natural, quizás la sociedad vasca se ha planteado que ya no es tan necesario seguir con esa reivindicación de centro/periferia como la primera prioridad política y que lo que se necesita es empezar a mirar a otros temas.

En cualquier caso, el pacto PSOE-PP genera dudas, aprobaciones y como siempre en la política vasca, mucho debate.

Tenemos unas cuantas contribuciones que nos ayudan a entrar en el debate sobre este pacto entre el PSOE y el PP. ¿Oportunismo político o la necesidad de un cambio? ¿No respeto a la mayoría o arriesgarse como necesidad para dar un salto hacia adelante?

Hemos recibido diferentes respuestas al acuerdo alcanzado entre el PSE y el PP para gobernar.

Patricia Lamas Sánchez

Estas son algunas de las respuestas:

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El cambio en Euskadi

Óscar Rodríguez Vaz

Óscar Rodríguez Vaz

Después de 30 años de lehendakaris del Partido Nacionalista Vasco y de una presencia ininterrumpida de dicho partido en el poder, el cambio llega a Euskadi.
 
Si a alguien le quedaban aún dudas sobre los motivos que han propiciado la alternancia en el Gobierno vasco, la intervención del martes 5 de Mayo de quien aún era lehendakari de Euskadi, Juan José Ibarretxe, se las habrá despejado de raíz. Posiblemente, ningún otro interviniente en la sesión de investidura lograra transmitir con tanta nitidez el por qué del acuerdo firmado entre el Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) y el Partido Popular del País Vasco (PP) para hacer a Patxi López lehendakari. Escuchando los razonamientos de Ibarretxe, cualquier ciudadano vasco o español que dudara sobre la conveniencia del acuerdo, habrá concluido que el acuerdo para el cambio era del todo punto inevitable. 
 
Porque el candidato del PNV centró todo su discurso en un doble eje: la deslegitimación permanente de los resultados electorales – recordando demasiado la teoría conspirativa que se urdió contra José Luis Rodríguez Zapatero tras la pérdida de poder por parte del Partido Popular después de los atentados del 11 de marzo – y en el tratamiento de quienes formaremos el nuevo Gobierno Vasco como extranjeros en nuestra propia tierra. Así pues, y teniendo en cuenta lo dicho, ha quedado demostrada la inevitabilidad del acuerdo entre quienes hemos sido objeto de dicho tratamiento – socialistas y populares –, por encima de nuestras numerosas diferencias.  
 
Hay muchos ciudadanos, tanto en Euskadi como en el resto de España, que aún no conciben en qué consistirá el cambio que prometemos en el acuerdo que los socialistas hemos firmado con el PP. Pero al margen de lo que en la letra del acuerdo se dice, se habrán terminado de convencer de que los argumentos esgrimidos por el PNV y su candidato, Ibarretxe, hacen necesario el cambio. En cualquier caso, el acuerdo suscrito entre socialistas y populares, no refleja ninguna de las barbaridades que se han dicho sobre él.
 
En cualquier caso, el cambio está ya, en gran medida, consumado. Hay muchísimas cosas – casi todo – por hacer, pero no se puede quitar importancia a lo que ya se ha hecho: pasar de la realidad a los hechos, pasar de la teoría a la práctica, decir lo mismo desde el Gobierno que desde la oposición, pasar de predicar el cambio a llevarlo a buen puerto. Porque el nuevo lehendakari, Patxi López, consciente de su victoria en la sesión de investidura celebrada el martes 5 de mayo, empleó los mismos argumentos que defendía mientras era oposición: acuerdo entre diferentes desde el respeto a las distintas identidades y necesidad de unir a la sociedad vasca. De forma que hoy más que ayer, ambas premisas tienen más visos de convertirse en realidad, ya que no es la misma la capacidad de transformación de quien está al frente del gobierno, que la de quién lo está al frente de la oposición. 

Más allá del contenido concreto del acuerdo entre PSE-EE y PP y de lo que nos depare la acción del nuevo gobierno en el futuro, es muy necesario resaltar este cambio que ya se ha producido, es decisivo. Porque el pasado martes, el nuevo lehendakari, Patxi López, se vio obligado a hacer algo impensable en cualquier otra región europea: reivindicar su condición de ciudadano de su tierra. Después de 30 años de autogobierno en democracia en Euskadi – el mayor periodo en nuestra historia de forma ininterrumpida –, que alguien tenga que reivindicar su condición de vasco, supone un hecho grave y preocupante. Algo habremos hecho mal. Todos tenemos que hacer nuestra propia reflexión, pero especialmente aquellos que, como decía al principio, no han conocido otra cosa que el gobierno en estos 30 años.

Creo sinceramente que es muy necesario que, en pleno siglo XXI y en la región con unas cotas de autogobierno desconocidas en cualquier otra comunidad o región de Europa, nos sacudamos muchos de los mitos y de las categorías mentales con las que algunos aún parecen funcionar. Y el cambio que acaba de empezar es vital para lograrlo.

Óscar Rodríguez Vaz
Parlamentario Vasco
Secretario General del Grupo Parlamentario Socialistas Vascos
Euskal Sozialistak

 

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¿Podrá gobernar un PSE-PP en el País Vasco?

Irene Moreno TapiaMi oposición al pacto PSE-PP atiende a tres razones:

La ideología. Los programas electorales de ambas fuerzas políticas son radicalmente opuestos (con escasas excepciones) de manera que el gobierno socialista difícilmente podrá gobernar. Ello es preocupante en el marco de la actual situación de crisis, puesto que el gobierno tendrá las manos atadas para adoptar medidas de corte socialista: o no contará con apoyo suficiente para adoptarlas o tendrá que descafeinarlas para poder seguir contando con el apoyo del PP (¿o acaso éste apoyará en Euskadi medidas que supongan incremento del gasto público pese a presentarse a las elecciones defendiendo lo contrario y mientras Rajoy pide contención en el resto de España?). En este punto, los términos del acuerdo alcanzado entre PSE y PP son, en unas ocasiones, demasiado vagos como para convencerme de lo contrario y, en otras, suficientemente explícitos como para reafirmarme en mi posición.

La coherencia. Ninguno de los dos partidos consideró este escenario en la campaña electoral, al menos no públicamente, por lo que se me antoja excesivo presumir que el apoyo de sus respectivos votantes alcanza este pacto. Además, interpretar, por una mera cuestión numérica, que los votantes del PSE y PP han pedido la alternancia equivale a considerar que todo el que votó al PSE o al PP se opuso, con su voto, al nacionalismo. Es ésta una interpretación frentista que hace flaco favor a la normalidad democrática en esa región y es incoherente con la posición declarada del PSE.

 Este pacto alimenta sobremanera el ego del PP, concediéndole el estatus de pieza clave para constituir el gobierno regional, precisamente cuando el PP nacional está pasando una crisis interna sin precedentes y el PP vasco ha perdido la confianza de nada menos que el 3% de su electorado. A la vista de la trayectoria del PP, ¿podemos confiar en que no retirará su apoyo en cuanto le convenga debilitar al PSE/PSOE? El acuerdo sólo le compromete a no presentar o apoyar una moción de censura, salvo en caso de incumplimiento del acuerdo (recordemos que el PP tiende a interpretar unilateralmente los incumplimientos de los pactos), y es de suponer que fuera de Euskadi el enfrentamiento irá a más.

No comparto la visión nacionalista de las cosas, pero considero democráticamente muy relevante que el PNV siga contando con el 38,5% del electorado. Mucho me temo que el PSE ha optado por priorizar el fin sobre los medios, buscando la foto histórica y fatalmente efímera de la investidura de un lehendakari no nacionalista por primera vez en treinta años. Los votantes del PNV hasta ahora exhaustos volverán a votar al PNV; los votantes del PSE desencantados dejarán de votar al PSE/PSOE; el PP no dudará en sacar tajada, caiga quien caiga.

Irene Moreno-Tapia

 

 

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El PSE el único partido que puede garantizar la igualdad de culturas en Euzkadi

Gabriela Hernández

Gabriela Hernández

En el sistema institucional español el gobierno en cualquier instancia es aquél que goza de la mayoría o el consenso suficiente de los representantes populares. Luego si en este caso es el Partido Socialista de Euzkadi, el 2° partido en votos del País Vasco,  el que tiene el suficiente consenso para formar gobierno es lógico que lo haga  y además no existe ninguna otra alternativa.

 
 Este gobierno es tan válido como cualquier otro que pueda haberse formado en cualquier municipio, autonomía o gobierno central, pues ha sido votado por la mayoría de los representantes populares. La mayoría es aquella que tiene un mayor consenso de los intereses de los  votantes de la comunidad en la que se forma el gobierno. Dado que estos intereses pueden ser muy distintos en una comunidad local, regional o sectorial, las fórmulas de gobiernos pueden ser diferentes,  y una coalición en una determinada comunidad no deja de ser legítima por no seguir el acuerdo de gobernabilidad  que se haya podido formar en otra. Es decir, este gobierno es tan democrático como lo fue en su día el tripartito vasco, como lo es el gobierno actual canario o el gobierno navarro, todos ellos combinación de la voluntad de la mayoría de la cámara, que es la representación del pueblo.

Por otra parte el posible apoyo del PP a un gobierno del PSE estuvo claramente presente durante la campana electoral. Los votantes socialistas, que votaron para que el PSE estuviera en el gobierno eran plenamente conscientes de ello  y  sabían  que la gobernabilidad de Euzkadi podría pasar por esta solución particular. Los votantes socialistas votaron por un cambio y si el PSE hubiera renunciado a formar gobierno hubiera sido una traición a sus votantes
 
Evidentemente es una situación particular y excepcional el que el segundo partido en votos gobierne en solitario, pero con un apoyo  ad hoc de otro partido minoritario. Hubiera sido menos excepcional el que el PNV hubiera gobernado en solitario con el apoyo externo de otro partido, pero después del resultado de las urnas  y tras resistencia del PNV a dejar el gobierno vasco, solo el PSE y el PP podían proponer una solución de gobierno.
 
 Pero,  ¿por qué es necesario romper con la continuidad del gobierno del PNV y por qué esta conjunción de intereses entre el PSE y el PP, que no existe en general en el resto de España?  Porque ambos partidos no sólo  han sido la oposición al PNV sino que  representan a la parte de la sociedad excluida de la convivencia en el país vasco. Se han sentido excluidos  y sus vidas se han puesto en peligro porque el programa de euskaldización  del tripartito liderado por el PNV ha potenciado la segregación de la sociedad y la desigualdad de derechos según la identidad cultural de los ciudadanos.
 
Es urgente desarrollar una política integradora de todos los ciudadanos vascos.   Es hora de retomar y promover la convivencia de todos los vascos cualquiera que sean sus planteamientos en cuanto a identidad vasca o identidad española. Recuperar la igualdad de la cultura, la lengua, la comunicación y la educación de todos los ciudadanos es esencial para alcanzar la democracia en Euzkadi. Euzkadi debe recuperar una democracia de ciudadanos libres que puedan expresarse, asociase y llevar adelante sus inquietudes e iniciativas políticas sin la coerción del miedo y de la violencia  por  parte de la izquierda aberzale. Sin ser ellos directamente responsables, la política de segregación del tripartito del PNV, permitió en la práctica la persecución y la presión en la calle de aquellos ciudadanos cuya cultura no era propicia a la euzkaldización.
 
Por su recorrido histórico y por la experiencia reciente, el PSE es el único  partido  que pueda   garantizar la igualdad de culturas en Euzkadi. En una democracia los gobiernos no sólo deben de proteger a los ciudadanos de una cultura, por muy mayoritaria que sea, sino a todos los ciudadanos. Al igual que exigimos que el gobierno israelí garantice los derechos de todos los ciudadanos de su territorio, y no solo los derechos de los judíos, el gobierno vasco debe de gobernar para todos y garantizar la convivencia de todas las culturas de su territorio. 

Este es el reto del nuevo gobierno vasco, y no cabe duda que el PSE es el mas idóneo para llevarlo a cabo.

Gabriela Hernández

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Política en Euskadi

Hablar de política en Euskadi son palabras mayores. Es hablar de vocación, de esfuerzo por unos resultados inseguros. Luchamos a contracorriente, amenazados en términos reales, en dolorosa discreción.

 Somos jóvenes y nos hemos esforzado siendo extranjeros en nuestra propia tierra. Las dos últimas legislaturas de Ibarretxe y su poderosa maquinaria mediática e institucional se han encargado de crispar la sociedad y dividirla. En un principio sutilmente, con descaro según avanzaba la legislatura. Se evocaba una sociedad vasca reflejo de sus ideales de partido. Aquel que no comulgaba con ellos era desterrado virtualmente.

 Creo que lo que defendemos es bonito, somos valientes. Defendemos el ideal de “citoyen”, (ciudadano) acuñado en la revolución francesa. Fuente, a mi parecer, de libertad, democracia, e idearios de izquierdas.

 Frente nuestro, las legislaturas de Ibarretxe y su concepto decimonónico de pueblo, raíces, raza. Compañeros, nunca la idea de “pueblo” puede superponer la de “ciudadania”. La idea del individuo “citoyen” es maravillosa. Formamos parte de un conjunto, eso si, pero defendemos la libertad de expresión, de ser, venir o vivir como uno quiera. Pluralidad dentro de un marco institucional de amplias mayorías.

 Esta es una idea matriz evidenciada con la última legislatura del PSOE con El Sr. Zapatero dirigiéndola.

 Estas últimas elecciones evidencian el calado de nuestro mensaje en la sociedad vasca con un apoyo extraordinario a nuestro partido. La realidad vasca sigue siendo compleja y no voy a interpretar el movimiento de votos en las urnas.

¿Por qué hemos recabado el apoyo del PP vasco?

El primer párrafo de esta carta es perfectamente aplicable al PP. A ambos nos acosan. Las dos últimas legislaturas de Ibarretxe nos ha ninguneado política y socialmente. En detrimento de la ciudadanía plural vasca. El apoyo del PP es un apoyo puntual a un pacto de investidura no un apoyo de legislatura. Nosotros, en función de nuestra campaña, no queremos un gobierno frentista sino de amplias mayorías.

Entendemos la voz social (urnas mediante) como un anhelo de cambio, de aburrimiento a la política frentista y victimista del PNV de Ibarretxe.

 El PSE con Patxi Lopez lehendakari al frente es el encargado de dirigir ese cambio. Tenemos la obligación moral de demostrar que Euskadi, el Euskera (nuestro idioma), la Ikurriña, la virgen de Begoña… etc. No es patrimonio de ningún partido. ¡Es de todos los vascos!. Vamos a demostrar que con el PSE gobernando. ¡El sol saldrá! Las autopistas seguirán en su sitio y el transporte e instituciones públicas seguirán funcionando.

“No hemos conseguido nada”, los ciudadanos vascos nos han dado “la oportunidad de conseguir” una Euskadi más libre, plural y dinámica. Por que una sociedad de ciudadanos libre de complejos y miedos, es más fuerte…..  ¡Y lo vamos a demostrar!

Joseba Casanoba Díaz
Bilbao
JSE-EGAZ

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CONSULADO GENERAL DE ESPAÑA ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO

Se pone en conocimiento de los españoles residentes en el Reino de Bélgica y que consten inscritos en el Censo Electoral de Residentes en el Extranjero (CERA) y de aquellos españoles y ciudadanos de la Unión Europea residentes en España que se hallen temporalmente en Bélgica durante la celebración de estas elecciones, que el Boletín Oficial del Estado de 14 de abril de 2009 ha publicado el Real Decreto 482/2009 por el que se convocan elecciones al Parlamento Europeo. Sigue leyendo

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Juan Fernando López Aguilar y La banda de BFN – Blue Suede Shoes [Buenafuente – laSexta]

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La financiación autonómica a debate

financiacion-a-debate-multiplicacion-pan-y-pecesA finales de 2008, el Gobierno hizo pública su propuesta para reformar la financiación de las Comunidades Autónomas. Los nuevos Estatutos de Autonomía, el incremento de sus competencias así como la evolución de su población habían planteado la revisión del modelo existente.

El sistema de financiación es un elemento esencial para hacer efectiva la autonomía. Su elaboración encuentra determinadas referencias. En primer lugar, el marco de competencias, que determina el grado de federalismo. Debemos tener en cuenta que estamos en un proceso de descentralización política, no sólo administrativa. Será normal que las distintas entidades territoriales decidan sobre el alcance y calidad de los servicios y que estos sean diferentes en cada una de ellas. Al mismo tiempo, la Constitución se refiere tanto a la solidaridad entre las Comunidades Autónomas, como a la garantía de un nivel mínimo en la prestación de los servicios públicos fundamentales en todo el territorio español.

La propuesta se articular sobre dos grandes elementos: la dotación de un sistema de recursos financieros y el establecimiento de fondos correctores de los resultados derivados de su aplicación.

El sistema de recursos se va a basar, fundamentalmente, en la cesión de los impuestos de mayor capacidad recaudatoria; 50% del impuesto sobre la renta; 50% del impuesto sobre el valor añadido y 58% de la recaudación de los impuestos especiales. Se atribuirá mayor capacidad normativa a las Asambleas autonómicas. En principio, se espera que estos constituyan el 90% de los recursos autonómicos totales.

Es bueno que el sistema descanse fundamentalmente en esta cesión de tributos y que las Comunidades Autónomas utilicen su competencia normativa para determinar sus ingresos. Si deciden prestar más y mejores servicios, deberán exigir más impuestos a los ciudadanos. Estos podrán decidir con más transparencia a quien votar, según la valoración que hagan de los impuestos que paguen y las prestaciones que reciban.

El segundo gran elemento del sistema está integrado por los distintos fondos compensadores. Su función es garantizar la solidaridad interterritorial y unas prestaciones mínimas en todo el territorio español.

De acuerdo con la propuesta, el Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales persigue que todas las Comunidades Autónomas presten los mismos servicios de sanidad, educación y servicios sociales. Se dota con recursos autonómicos. Se critica que no cubra todas las prestaciones de competencia autonómica, ni siquiera con el remanente que pudiera sobrar, que retorna a la Comunidad en que se hubieran originado. La falta de recursos se suplirá con transferencias estatales. Para que se puedan desarrollar el resto de competencias, se dispondrá del Fondo de Suficiencia Global, dotado con recursos del Estado según la evolución de sus ingresos tributarios.

El Fondo de Cooperación tratará de favorecer la convergencia en los niveles de vida de los ciudadanos. Parece que corresponderá al Estado dotarlo de recursos.

Junto con los anteriores, aparece el Fondo de Competitividad, a cargo del Estado. Su fin es garantizar una financiación mínima per capita. Este criterio rompe un modelo que debiera determinar recursos sobre una base territorial, la Comunidad Autónoma. En realidad, ha surgido por una discusión política sobre los recursos que el Estado venía destinando a los diversos territorios. La solución es mala. El Estado debería determinar cómo quiere utilizar sus recursos propios en el ejercicio de sus atribuciones y asumir el coste político de no atender debidamente a los ciudadanos. Además, el número de ciudadanos no debe determinar las necesidades financieras sino los servicios que se decida o sea necesario prestar. Por otra parte, estas dotaciones desvirtúan los resultados derivados de utilizar distintos parámetros para distribuir los distintos fondos, donde, junto a la población, aparecen otros como la superficie, la dispersión, la insularidad, población protegida, mayores de sesenta y cinco años o entre cero y dieciocho años.

Finalmente, el Gobierno afirma que destinara recursos adicionales para hacer efectiva la Ley de Dependencia.

Debemos preguntarnos si todos estos fondos deben dotarse con aportaciones del Estado o de las propias Comunidades Autónomas. Su financiación con recursos autonómicos consolidaría una verdadera responsabilidad fiscal. Sin embargo, las autoridades autonómicas podrían percibir que el aumento de los impuestos cedidos en su territorio viera limitados sus efectos si parte de los recursos adicionales se destinan a tales fondos. Por otra parte, no queda claro cómo deberán comportarse estos fondos en el caso de que la insuficiencia de recursos que compensen sea motivada por una política tributaria a la baja de la Comunidad Autónoma. Sólo en el caso del Fondo de Competitividad se prevé el esfuerzo fiscal que se hace en cada territorio. Se fomentaría así una competencia a la baja, puesto que se exigirían menos impuestos, con menor coste político, y los fondos suplirían las deficiencias para financiar servicios.

El buen funcionamiento del sistema reclama que se limite, en porcentaje de recaudación por tributos, las dotaciones estatales y autonómicas de los fondos. Se lograría que las Comunidades Autónomas encontrasen motivación para utilizar la política tributaria para financiar sus políticas de gasto. Al mismo tiempo, debiera excluirse del límite el Fondo de Cooperación, para que la política de cohesión sea efectiva y los niveles territoriales de renta no determinen la prestación de servicios por debajo de unos mínimos de calidad.

Juan López Rodríguez

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